RUTAS

Localidad: Castrojeriz

Una vez que el peregrino sale de la capital burgalesa tiene que pasar por el Puente del Arzobispo, situado junto al cerro de Castro. Desde aquí el camino cruza la carretera y se dirige a la localidad histórica de Tardajos.

  Según algunos autores, el municipio de Tardajos existe desde la época augusta, y estuvo estratégicamente situado en la calzada que unía Clunia (Burgos) y Julióbriga (cerca de Reinosa, en Cantabria).

Desde Tardajos se llega a la villa de Rabé de las Calzadas, ciudad que fuera cedida por Alfonso VI con el fin de que, con sus rentas, se sustentara la alberguería del hospital del Emperador.

A continuación, el Camino asciende por la Cuesta de Matamulos, donde hoy se pueden contemplar montículos de piedras superpuestas que almacenan los peregrinos a su paso.

  Hornillos del Camino es el siguiente punto de encuentro. Se trata de uno de los pueblos que conserva mejor su trazado urbanístico jacobeo y cuenta con la importante iglesia de Santa María.

Un poco más adelante, después de atravesar tortuosos caminos, se alza la hospitalaria villa de Hontanas. La parroquia está dedicada a la Inmaculada Concepción, dentro de un edificio del siglo XIV. Esta población mantiene una actividad hospitalera muy importante, ya que son tres los albergues que están a disposición de los peregrinos. No faltan las fuentes en su casco urbano, que justifican su toponimia.

El lugar de San Bol se encuentra en un descampado en el camino, antes de llegar a Hornillos. Aquí nace un manantial donde tradicionalmente los peregrinos se lavaban los pies.

  En otro tiempo, hacia 1352, hubo una leprosería y luego un monasterio de la Orden de San Antonio. Hoy se levanta un peculiar albergue de peregrinos que incluso cuenta con una pequeña alberca para que se puedan bañar los caminantes. Destacan las pinturas y murales que hacen referencia a los templarios, orden profundamente vinculada al Camino de Santiago.

A su salida, el camino discurre sinuoso hasta llegar a la emblemática villa de Castrojeriz. Pero antes de pasear por sus calles y a pocos kilómetros de su entrada, el peregrino recibe una grata sorpresa: el Convento de San Antón, impresionante edificio gótico que conserva sólo una parte de su construcción original que, todavía hoy, demuestra el esplendor de lo que fuera antaño. Perteneció a la orden de los Antonianos, cuya fama se debe a su poder para curar el "fuego de San Antón",  una enfermedad que azotó a Europa durante los siglos X y XI y que mostraba, como principales síntomas, erupciones ardientes y enrojecimientos a partir de las extremidades, provocadas por el cornezuelo del centeno. El convento conserva actualmente impresionantes muros, destacando un bello arco adornado con numerosas arquivoltas.

Por fin, el peregrino entra en Castrojeriz, la villa que aparece a continuación. De ella destaca su larguísima sirga jacobea que recorre toda la ladera meridional del cerro sobre el que se asienta el castillo. A la entrada de la localidad se alza majestuosa la Colegiata de la Virgen del Manzano, templo remodelado en el siglo XVIII sobre el original románico-ojival del siglo XIII. La importancia de la Virgen es tal que Alfonso X la recoge en algunas de sus Cantigas. Sobresale también la iglesia-museo de Santo Domingo y el bello edificio gótico de San Juan. 

Castrojeriz tiene la particularidad de conservar una mezcla entre la arquitectura urbana y rural, gracias a sus casas porticadas de ladrillo y mampuesto de piedra y sillería, testimonio de un pasado señorial que todavía impregna cada rincón de la villa.

Después de abandonar Castrojeriz, el peregrino pasa por Castrillo-Matajudíos, una pequeña población situada en la carretera de Melgar de Fernamental, antes de tomar un cruce hacia Itero del Castillo, localidad ribereña fortificada y situada bajo el torreón de su castillo. Es el último pueblo de la provincia de Burgos.